19 ene 2007

Triunfo y fracaso de la revolución venezolana.

Desde 1807 a los primeros días del año 1810, Simón Bolívar permaneció en Caracas y en sus haciendas. Sin embargo, no olvidaba su juramento de Roma. En el curso de las reuniones con su hermano Juan Vicente y sus amigos, hablaban de literatura pero también de la independencia de Venezuela.
El momento llegó cuando, el 19 de abril de 1810, comenzó en Caracas la revolución de independencia. Bolívar devino coronel, fue comisionado por la Junta de Caracas, con Luis López Méndez y Andrés Bello, para viajar a Londres, y exponer delante del gobierno británico los deseos de Venezuela, deseosa de mantenerse, al menos, autónoma del gobierno que en España había tomado el poder, después de la detención de Fernando VII por Napoleón.Bolívar, muy en su interior, aspiraba a la total independencia. Pero el gobierno inglés observaba una prudente reserva. En Londres, donde permaneció durante dos meses, Bolívar - quien contaba con el apoyo franco y entusiasta de Miranda - podía apreciar el funcionamiento de las instituciones británicas.
A fin de este año, Bolívar estaba de regreso. Poco tiempo después, Miranda regresó también a su patria. En tanto que miembro eminente de la Sociedad Patriótica, Club Revolucionario, Bolívar era uno de los más ardientes en pedir al Congreso que proclamara la independencia.Después del 5 de julio de 1805, combatió bajo las órdenes del general Miranda a fin de someter a los realistas que ocupaban Valencia. El 23 de julio de 1811, Bolívar recibió su bautismo de fuego y combatió por primera vez.
El 26 de marzo de 1812, mientras que un temblor de tierra causó enormes desgastes y numerosas pérdidas humanas en Caracas y alrededores, Bolívar, en la Plaza de San Jacinto, encaramado sobre un montón de ruinas, lanzó esta famosa declaración: "Si la naturaleza se opone a nuestros designios la combatiremos y haremos de suerte que ella nos obedezca". Era la actitud de un hombre que no cedía, cualesquiera fueran las dificultades que pudiera encontrar en su camino; era, también, una forma de contrarrestar el desaliento y el terror que se habían apoderado de muchos republicanos frente a tal catástrofe.
Algunos meses más tarde, comandando la plaza fuerte de Puerto Cabello, Bolívar no pudo, pese a sus esfuerzos, impedir que caiga en manos de los realistas. Sus propios soldados lo abandonaron y se alinearon bajo las órdenes de los españoles. Debió huir con un puñado de fieles oficiales.Algunas semanas más tarde, Miranda debió capitular ante el jefe realista Monteverde, y la Primera República de Venezuela se apagó. En la Guaira, un grupo de jóvenes oficiales, entre los cuales se encontraba Bolívar, detuvieron al infortunado Precursor, Francisco de Miranda, y lo libraron a los españoles.
Bolívar obtuvo un pasaporte gracias a la generosa intervención de su amigo Iturbe, y pudo partir, en exilio, a Curasao. Desde allá se fue a Cartagena, donde el 15 de diciembre de 1812 publicó un manifiesto en el cual expuso sus principales ideas, que guiaron su acción en los próximos años: un solo mando para luchar hasta la victoria, y la unión de todos los países hispano-americanos para lograr y consolidar la independencia y la libertad.
Estos principios eran claros y simples. Bolívar se daba cuenta de que el fracaso de 1812 venía de la desunión. Había que concentrar los esfuerzos de todos los americanos para ganar la guerra y organizar a continuación las nuevas naciones. Había que convencer a los criollos de la exactitud de su causa y adiestrarlos en la lucha por la independencia. Esta lucha no podía desarrollarse en un solo país, sino sobre todo el continente a fin de hacer doblegar la dominación realista.

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