25 ene 2007

Nacimiento, Infancia y Juventud de Simón Bolívar

Caracas amaneció nublada. No se veía el Ávila ni las lomas del Alto Hatillo. De pronto comenzó a llover torrencialmente. Fuerte goterones de agua repicaban sin cesar sobre los techos rojos de las casas. Las calles empedradas se llenaron de charcos. Las acercas estaban desiertas. Las quebradas circundantes arrastraban las ramas y troncos que obstruían su cause.
Caracas seguía nublada. Todo el Valle permanecía en silencio. De vez en cuando tronaba. Solamente en una casa aristocrática del centro junto a la plaza de San Jacinto, había ambiente de alegría y cuchicheo. Poco después de mediodía se abrió la puerta principal y salió corriendo de adentro el mensajero se iba deteniendo en todos los portones de la calle y a gritos comunicaba a los residentes la gran noticia del día ¡A la familia Bolívar le ha nacido un niño!
Horas más tarde escampó: salió el Sol de Julio. Caracas se vistió de luces y fiestas. La mansión Bolívar se llenó de gente. Toda la ciudad quería felicitar al Coronel Juan Vicente Bolívar y Doña Concepción Palacios.
El 24 de Julio de 1.783 marcaría el calendario de la historia un comienzo trascendental. Nació Bolívar.
Su nodriza, es quien amaba como a una segunda madre, acompañando a sus padres en sus oficios religiosos, jugando con otros niños de su edad en el patio perfumado de granadas de su casa natal y recibiendo las enseñanzas de sus primeros maestros.
Los Valles de Aragua eran entonces las tierras más fértiles de Venezuela. allí en la pequeña población de San Mateo, la familia Bolívar poseía una hacienda. Los cuatro hermanos solían viajar ha ella de vez en cuando. Les gustaba ver como cantaban en los terneros o fiestas patronales.
Juan Vicente Bolívar y Ponce, padre de el Libertador, murió el 19 de Enero de 1.786, a la edad de 60 años y su esposa Maria de la Concepción Palacios de Bolívar, falleció después el 6 de Julio de 1.792, a la temprana edad de 34 años. De consiguiente, Simón Bolívar tenía apenas dos años y medio de edad cuando perdió a su padre y 9 cuando quedó huérfano al perder también a su Madre.
Simón a pesar de ser el menor siempre era líder o cabecilla. Preferiría irse con los esclavos y mestizos que trabajaban en la plantación. Con ellos se bañaba en el río y con ellos jugaba al trompo y subía a los árboles. Allí también aprendió a montar a caballo. A los 8 años tenía ya fama de ser estupendo jinete.
Pero a pesar de estos respiraderos la infancia de Simón fue muy dolorosa. Un día, estando en Caracas la Mamá se pone muy triste. Los niños reciben orden de no alborotar en casa. Se entornan las ventanas. El médico de la familia va diariamente para tratar la enfermedad del Papá. María Antonia la mayor lo comprende antes que los otros.
Papá está muriendo - dice en voz bajita a los demás hermanos.
Toda la familia se vistió de lutos. Los numerosos amigos y parientes desfilaron antes del féretro. Doña Concepción reunió a los cuatro hijos. Los besó en silencio y luego con lágrimas muy limpias en los ojos les dice: Papá ha muerto. Papá ha ido al cielo. Desde ahora yo sabré darles el cariño de su ausencia.
Quizá el pequeño Simón no logra entender la muerte de su padre apenas tenía 3 años.
Don Feliciano Palacios, padre de Doña María de la Concepción queda como tutor de los niños, pero murió al año siguiente. Después de la muerte del abuelo Simón quedó bajo el cuidado de su tío Carlos Palacios, quien se hace cargo de el y sus hermanos. El ambiente familiar termina desmoronándose con el casamiento de sus hermanas y la salida de Juan Vicente al cargo de otro tutor.
Este cambio de ambiente influye sobre Simón, quien al poco tiempo huyó de la casa del tío y pretendió vivir en la casa de su hermana Maria Antonia. Esta dio origen a un pleito judicial entre su tutor y el matrimonio Clemente Bolívar; la pareja alegó todas las razones que le asistían a fin de que la Real Audiencia permitiera que el joven viniera con ellos, pero la Audiencia falló en favor del tío Carlos Palacios, y Simón debió obedecer, no sin antes dejar en claro su opinión sobre el hecho, la cual fue asentada en el expediente del juicio, dijo, entre otras cosas "si a los esclavos se les permite cambiar de dueño cuando eran objeto de malos tratos, ¿Por qué no se le permite a él vivir con la gente que más le agradaba?; que el tribunal podía disponer de sus bienes, mas no de una persona.
A raíz de este incidente, el joven Simón ha sido confiado a Simón Rodríguez quien dirigía en esa época una escuela de primeras letras en Caracas. Pedagogo Liberal y excéntrico, de vasto pensamiento universalista, supo sembrar en el alma de su alumno el germen de las ideas nuevas "Usted formó mi corazón para la libertad, para la grandeza, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló; escribió Bolívar a su maestro Rodríguez muchos años más tarde. Otros de sus profesores que el célebre Andrés Bello, conocido como el maestro de América y el más grande humanista del continente.A los 14 años, Simón ingresó con el rango de Cadete en el batallón de milicias de Blancos de los Valles de Aragua, y un año más tarde era ascendido a subteniente. Su hoja de sus vicios rezaba entonces: "Valor: conocido: aplicación sobresaliente" pero no será nunca militar de escuela. El lo será de todas y su arte de la guerra, a pesar de todos los manuales que había leído y asimilado saldrá más bien del fulgor de su genio de su constancia de sus cualidades de caudillo excepcional que conducirá a la victoria a las multitudes enardecidas por su verbo, por su patriotismo y por su amor a la libertad

Su Educacion y sus Maestros

La formación educativa de Bolívar fue bastante informal, considerando que no fue un alumno regular que cursara estudios desde la educacion elemental hasta la universidad.
Al igual que otros muchos ricos y bien educados criollos, él recibió instrucción de tutores privados en su propia casa. Solamente durante cuatro periodos en su niñez asistió a una escuela pública y vivió en la casa de su preceptor Simón Rodríguez.
De acuerdo con su propio testimonio, su educación fue lo mejor que una persona de su rango podía adquirir en su patria para este entonces.
En una conocida carta enviada al General Santander, Bolívar ofreció uno de los más claros testimonios sobre su temprana formación. En esa carta, Bolívar trataba de desautorizar a un detactor suyo llamado Molíiens, cuyo testimonio calificó de injusto y falso.
El Libertador afirmó en la carta que no era verdad que su educación fuese descuidada, pues su madre y toda su familia hicieron lo posible para que tuviese la formación apropiada y para ello contrataron los mejores maestros del país.
En esta misma carta, el agrega que Simón Rodríguez, le enseñó a leer y a escribir, que Andrés Bello le instruyó en el arte de la composición y en geografía, y el padre Andujar un intelectual admirado por Humboldt le enseñó matemática en una academia diseñada especialmente.
Después dice Bolívar, fue enviado a Europa a estudiar idiomas extranjeros y a asistir a la Academia de San Fernando, en Madrid, para mejorar su aprendizaje de matemática.
Allí en Madrid también tomó lecciones de esgrima, danza y equitación. Finalmente en un significativo pasaje, el reconoció su deuda intelectual con la ilustración Francesai "Es verdad que yo no he aprendido la filosofía de Aristóteles ni los códigos del crimen y del error, pero el señor Molliens no ha ido tan profundo como yo en el estudio de Locke, Condillac, Buifon, Helvetius,Montesquieu, Mably y los clásicos de la antigüedad, sean los filósofos, historiadores, oradores o los poet
as; así como los clásicos modernos de España,Francia, Italia y algunos de Inglaterra.
Entre los maestros del Libertador, la historia
recoge los nombres de José Antonio Negrete, Guillermo Pelgrón, el padre Andujar, Miguel José Sanz, Andrés Bello y Simón Rodríguez.
El Licenciado Miguel José Sanz, hombre
de vastos conocimientos y crítico del sistema
educativo de la época, tuvo a su cargo durante varios años la educación del joven le fue encomendada a Don Simón Rodríguez.
En su discurso del 15 de Febrero de 1.819, planteó el Libertador "La educación popular desde ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso "Moral
y Luces son los polos de una República"; "Moral
y Luces son nuestras primeras necesidades"
No cabe la menor duda que la mejor síntesis que hizo Bolívar sobre este aspecto fue la parte de su discurso de Angostura donde recomendó la formación del Poder Moral como cuarto Poder Público, necesario para formar los hombres virtuosos que emanen a su patria, sus leyes
y sus magistrados.
La idea del poder moral como supremo rector de la moralidad pública, la juventud
, la educación y la imprenta (que para entonces era el único medio de comunicación social), puede entenderse como una política de estado fundamental para una República que no poseía las tradiciones políticas dem
ocráticas y que sólo había conocidos trescientos años de duro coloniaje y despotismo.
En ese sentido, el objetivo
central de las cámaras de Moral y de educación, partes de ese cuarto poder propuesto, tenían un elevado papel
pedagógico de formación cívica.
En general, podemos decir que Bolívar era un entusiasta defensor de la educación para todos los ciudadanos. Creía que de esa manera éstas lograban adquirir las virtudes necesarias para vivir civilizadamente.
Por ello, a lo largo de toda su actuación como gobernante estimuló la formación de nuevas escuelas para niños y para niñas, dotándolas de ventas
que antes pertenecían a los conventos y otros bienes de la iglesia

19 ene 2007

Viajes de Simón Bolívar

Cada uno de los viajes que Simón Bolívar realizó durante su juventud y su adultez, le ofreció un cúmulo de conocimiento sobres los valores culturales, sistemas políticas, criterios ideológicos, potencial humano y situaciones económicas. Esto le permitió el poder actuar y hablar de acuerdo a las circunstancias no en forma superficial sino precisa y objetivamente. El Libertador asigna a los viajes una importancia fundamental en su carrera tres viajes realizó Bolívar a Europa con motivos diversos, pero fácilmente con un solo fin: construcción de su personalidad, búsqueda y acumulación de experiencias elaboración de un destino. El primer viaje a Europa lo realizó cuando apenas tenía 15 años y medio en el que se encuentra con su tío Esteban, le permite recibir una cultura genero de diferentes maestros hasta que los problemas políticos ocasionaron la desgracia de su tío, fue a vivir a la casa del Marqués De Ustariz, allí el conocimiento general dio poco al conocimiento profundo, fundamentado en un intenso e interesado estudio. Convirtió allí en el ávido lector que fue durante su vida.
Durante este primer viaje también conoce de su vida: María Teresa Rodríguez del Toro, con quien se casa luego de cumplir un sin número de requisitos entre lo que se encontraba el permiso del Rey. Una vez casado en 1.802 regresa a Venezuela su esposa, quien muere a los ocho meses victima de una grave enfermedad. Esto hace que Bolívar quede solo e inmerso en una profunda tristeza. También pasó por México y Cuba se sitúa en España y conoce Francia. El segundo viaje llega por propósito la distracción de la viudez temprana dura 3 años en los cuales disipa una cuantiosa fortuna material en su segundo viaje también se observa una faceta diferente a la del primer viaje; aquí el interés era evidentemente político, le atrae el dominio en el manejo de los bienes del estado y el bienestar de su patria. Puso especial atención a la relación de influjo y veneración que había logrado Napoleón con el pueblo Francés en esos días de gloria. D Francia, Bolívar pasó a Italia, y en Roma rodeado de los recuerdos de la época republicana se consolidó su convicción plena de que debía lucha por la libertad de los pueblos americanos y de que esa tarea a ejecutar de ahí en adelante. Esto culmina en el Monte Sacro y en el juramento definitivo: Es el viaje de aprendizaje con Rodríguez visita España Inglaterra, Francia, Portugal, Italia y parte de Australia y Alemania a su regreso desembarca en los Estados Unidos.
El tercer viaje a Europa, va de diplomático a la Gran Bretaña, como interprete de una de las primeras embajadas venezolanas. Bolívar tiene ocasión de gusta calmadamente la vida Inglesa, siente una admiración extraordinaria por el pueblo ingles y también estabilidad respeto, dignidad, sensatez, sentido práctico, le produce la más alta y viva impresión. Al comienzo de 1.799 viajó a Españ
a. En Madrid, bajo la dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y la rectaría moral e intelectual del sabio Marqués de Ustariz se entrega a los estudios. Bolívar encontró muy agradables amistades en Paris, se tropezó con otros jóvenes criollos americanos como los ecuatorianos. Con los Montujar y Vicente Rocafuerte y volvió a reunirse con su querido Maestro Simón Rodríguez.
Otro motivo grato que distrajo al joven viudo en Paris fue una amistad íntima con su prima "Fanny".
Bolívar realizó otro viaje de estudio por América en Compañía de otro sabio naturalista de origen Francés, el botánico Bonpland.
Cuando Bolívar sale de Paris hacia Italia, en campaña de su querido maestro Simón Rodríguez y de su amigo y compañero,
Fernando Rodríguez del Toro, llevaba ya el propósito a luchar por la libertad de su patria, propósito que reafirma después con juramento al llegar a Roma. La influencia de Bolívar alcanza no sólo los países libertados por se genio, sino que llegó a todas las naciones de Ibero América en algunas formas y se sintió también en Estados Unidos y en Europa, JP Hamilton, comisionado Británico en la República de Colombia dijo "Bolívar es el hombre más grande el carácter más extraordinario que el nuevo mundo ha deducido hasta hoy" y lo considera por encima de todos los héroes que habitan el templo de fama. En 1.799 salió para España, pasando por México. El Virrey de México pudo apreciar los dotes del joven y se alarmó cuando le oyó disertar sobre asuntos políticos y defender, con firmeza la idea de la libertad. Viajó por diversos países, especialmente España, Francia e Italia, y en 1.805 hablaba con su antiguo maestro Dr. Simón Rodríguez en el Monte Aventino en Roma sobre la libertad de América. En París derrochó dinero como en otras capitales europeas. Pero también estudiaba, se informaba de la opinión pública y proyectaba su fantasía desbordada sobre el porvenir de su patria, atacando la tiranía.
Regresó a Venezuela por la ruta de los Estados Unidos. Visitó varias ciudades de su Costa Atlántica, conoció importantes personalidades y llegó a Caracas a fines de 1.806. El 19 de Abril de 1.810 Bolívar fue enviado a Inglaterra como agente diplomático junto con Luis López Méndez y su antiguo maestro Andrés Bello. En Londres se encontraron los comisionados con el General Francisco de Miranda, a quien su actuación en la Revolución Francesa, sus viajes por toda Europa, sus trabajos por América y su larga permanencia en Londres rodeaban de prestigio.

Paso por los Andes y Boyacá.
El 27 de Mayo de 1.819, desde el pueblo de Manteca, emprendió el Libertador su famosa campaña de Boyacá. Al llegar al pie de los Andes en la villa al Pore, había ya recorrido Gaskos, atravesando ríos caudalosos. Para penetrar en Nueva Granada ha escogido la ruta más difícil que ha de atravesar la de la pisba y que nadie se le pudiera ocurrir semejante hazaña o locura.
Tres largos días lucharon las tropas para tramontar los Andes. El paso de Bolívar por los Andes es más admirable que la travesía de los Álpes por Aníbal y Bonaparte. Entre alguno de los viajes de Bolívar llega a Guayaquil el 11 de Julio y dos días después decreta la incorporación de ese puerto a Colombia. El día de los grandes hombres de la América del Sur Bolívar y San Martín se abrazan en
Guayaquil, marcó por cierta el principio de una visión fraternal que habría de regir las relaciones en los países de Ibero América.
Embajador en Londres. La junta Suprema de Caracas conoce las relaciones y la experiencia política que Bolívar adquirió durante sus viajes a Europa.
Conoce la lealtad patriótica y el nivel de su cultura internacional ¿Quién mejor que él para encabezar la delegación que irá a Londres? Tiene como objetivo lograr el apoyo de Inglaterra contra una posible invasión de Francia o de la España Napoleónica. En la misma comisión como secretario, va su antiguo Maestro Andrés Bello
.

Triunfo y fracaso de la revolución venezolana.

Desde 1807 a los primeros días del año 1810, Simón Bolívar permaneció en Caracas y en sus haciendas. Sin embargo, no olvidaba su juramento de Roma. En el curso de las reuniones con su hermano Juan Vicente y sus amigos, hablaban de literatura pero también de la independencia de Venezuela.
El momento llegó cuando, el 19 de abril de 1810, comenzó en Caracas la revolución de independencia. Bolívar devino coronel, fue comisionado por la Junta de Caracas, con Luis López Méndez y Andrés Bello, para viajar a Londres, y exponer delante del gobierno británico los deseos de Venezuela, deseosa de mantenerse, al menos, autónoma del gobierno que en España había tomado el poder, después de la detención de Fernando VII por Napoleón.Bolívar, muy en su interior, aspiraba a la total independencia. Pero el gobierno inglés observaba una prudente reserva. En Londres, donde permaneció durante dos meses, Bolívar - quien contaba con el apoyo franco y entusiasta de Miranda - podía apreciar el funcionamiento de las instituciones británicas.
A fin de este año, Bolívar estaba de regreso. Poco tiempo después, Miranda regresó también a su patria. En tanto que miembro eminente de la Sociedad Patriótica, Club Revolucionario, Bolívar era uno de los más ardientes en pedir al Congreso que proclamara la independencia.Después del 5 de julio de 1805, combatió bajo las órdenes del general Miranda a fin de someter a los realistas que ocupaban Valencia. El 23 de julio de 1811, Bolívar recibió su bautismo de fuego y combatió por primera vez.
El 26 de marzo de 1812, mientras que un temblor de tierra causó enormes desgastes y numerosas pérdidas humanas en Caracas y alrededores, Bolívar, en la Plaza de San Jacinto, encaramado sobre un montón de ruinas, lanzó esta famosa declaración: "Si la naturaleza se opone a nuestros designios la combatiremos y haremos de suerte que ella nos obedezca". Era la actitud de un hombre que no cedía, cualesquiera fueran las dificultades que pudiera encontrar en su camino; era, también, una forma de contrarrestar el desaliento y el terror que se habían apoderado de muchos republicanos frente a tal catástrofe.
Algunos meses más tarde, comandando la plaza fuerte de Puerto Cabello, Bolívar no pudo, pese a sus esfuerzos, impedir que caiga en manos de los realistas. Sus propios soldados lo abandonaron y se alinearon bajo las órdenes de los españoles. Debió huir con un puñado de fieles oficiales.Algunas semanas más tarde, Miranda debió capitular ante el jefe realista Monteverde, y la Primera República de Venezuela se apagó. En la Guaira, un grupo de jóvenes oficiales, entre los cuales se encontraba Bolívar, detuvieron al infortunado Precursor, Francisco de Miranda, y lo libraron a los españoles.
Bolívar obtuvo un pasaporte gracias a la generosa intervención de su amigo Iturbe, y pudo partir, en exilio, a Curasao. Desde allá se fue a Cartagena, donde el 15 de diciembre de 1812 publicó un manifiesto en el cual expuso sus principales ideas, que guiaron su acción en los próximos años: un solo mando para luchar hasta la victoria, y la unión de todos los países hispano-americanos para lograr y consolidar la independencia y la libertad.
Estos principios eran claros y simples. Bolívar se daba cuenta de que el fracaso de 1812 venía de la desunión. Había que concentrar los esfuerzos de todos los americanos para ganar la guerra y organizar a continuación las nuevas naciones. Había que convencer a los criollos de la exactitud de su causa y adiestrarlos en la lucha por la independencia. Esta lucha no podía desarrollarse en un solo país, sino sobre todo el continente a fin de hacer doblegar la dominación realista.

Muere el Libertador

La muerte, misericordiosa, le sorprende en San Pedro Alejandrino, una hacienda cercana a Santa Marta, el 17 de diciembre de 1830. Su última proclama, firmada el día 10, después de haber recibido los auxilios espirituales de un sacerdote, es un elocuente testimonio de su grandeza, de su desprendimiento y de la rectitud de su espíritu. Es, también, y sobre todo, un legado donde señala rumbos hacia el futuro."
Los pueblos que liberó su espada conservan la esperanza de que sus hombres revivan el espíritu de Simón Bolívar y culminen su obra.
Los malentendidos entre Colombia y el Perú conducen a una guerra, concluida felizmente, después de la batalla de Turquí, con la afirmación de Sucre de que la justicia de su causa era la misma antes que después de la victoria. Se convoca a un nuevo congreso, que se reúne en Boyacá en la apoteósica entrada en Caracas enero de 1830 y que la elegante precisión del verbo bolivariano denomina infructuosamente "Admirable"). Lo preside Sucre, quien realiza los mayores esfuerzos por lograr la reunificación con Venezuela. Todo resulta inútil. El destino ha marcado su signo.
El proceso es fatal. Sucre es asesinado el 4 de junio en la montaña de Berruecos, cuando regresaba a su hogar rumiando amargas preocupaciones. Por otra parte, el Congreso de Venezuela, temeroso de que la presencia del Libertador volviera a disipar los proyectos separatistas, pone como condición a todo diálogo su exclusión del territorio nacional: es el más duro de los ultrajes y el más triste de los hechos históricos de nuestra República.
El congreso colombiano, a su vez, le acepta la renuncia; designa un nuevo presidente que no asume por lo pronto el poder; el general Rafael Urdaneta, se hace cargo del gobierno el 5 de septiembre, instando al Libertador a volver. Este, que se halla en ruta a la costa atlántica con el propósito de pasar a Europa, encuentra
en el deterioro de su quebrantada salud el desenlace de su ciclo vital.
Le da hospitalidad en la quinta de San Pedro Alejandrino, cerca de Santa Marta, un hidalgo español, Joaquín de Mier; y lo atiende en su última enfermedad un médico francés, Alejandro Próspero Reverend, que ganó con su afecto por el noble paciente la gloria de la inmortalidad. Historiadores médicos discuten hoy acerca del tratamiento que indicó Reverend: lo cierto es que ya la inmensidad de la figura y de la obra de Bolívar no cabían en el escenario de su vida.
Sabía que iba a morir, se preparó dejando un mensaje inolvidable en el que sus últimos deseos los expresaba y el sacrificio de su existencia lo ofrecía, para recomendar el mantenimiento de la unión grancolombiana. El obispo José María Esteves, de Santa Marta, y el cura de Mamatoco, Hermenegildo Barranco, le dieron los últimos auxilios religiosos. Falleció el 17 de diciembre de 1830. Tenía solamente 47 años: pero ya resonaba la frase del elocuente Choquehuanca, quien desde el Perú había pronosticado: "con el tiempo crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el sol declina".
Sus restos, inhumados solemnemente en la catedral de Santa Marta, fueron trasladados a la catedral de Caracas en 1842, en apoteosis presidida por el general Páez y narrada en párrafos neoclásicos por Fermín Toro. De la catedral pasaron, en el gobierno de Guzmán Blanco, al Panteón Nacional, un templo donde predomina la afirmación de su grandeza. En medio de su increíble actividad, la soledad de su espíritu se resentía de la falta de un verdadero amor.
El recuerdo de la esposa muerta lo acompañaba siempre. Comprendía que, tal vez, si ella hubiera vivido, su destino heroico no se habría cumplido (se le atribuye la expresión de que no habría pasado de ser "alcalde de San Mateo"); pero el vacío que ella había dejado en su existencia no pudo llenarlo con las aventuras galantes, con encuentros furtivos, ni siquiera con manifestaciones de afecto, entremezclado con veneración, por más que provinieran de mujeres hermosas, inteligentes o sensibles.
Solamente una quiteña, Manuela Sáenz, de espíritu atrevido, pasando por encima de las normas sociales y provocando inevitables reacciones, al entregarse a él con irrefrenable vehemencia, llegó muy cerca de su corazón. No fue una mera relación carnal la que existió entre ellos: aquélla a la que llamó "sublime loca") le dio aliento de vida, y vino a convertirse en "libertadora del Libertador" cuando salvó su vida en el atentado septembrino, distrayendo a los conjurados mientras el Libertador se ponía a salvo. Los años finales de Manuela después de la partida y muerte del amado, fueron un triste epílogo de su participación en la tragedia bolivariana.